23 de enero de 2020
Arrasa hambriento,
mi corazón minutero,
vuela como el viento,
el pájaro mortero,
de tinta negra
y pluma infinita
viste él alado,
con su carro dorado.
Su festín segundero
de vidas enlatadas
y caras enfadadas.
Platillos renegados
a pasar por su boca,
mas este imparable
come a dos manos
Los relojes palpables,
los llantos inconsolables
y las vidas irrecuperables.
Arrasa hambriento,
mi corazón minutero.
Vuela como el viento,
el viento,
el vien...
el tiempo.
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